miércoles, 26 de agosto de 2009

¿Congelar sueldos?, debe ser cosas del cambio climático.

“Hola Don Pepito”, “hola Don José”. José Blanco vuelve a ser Pepiño. Ahora deja caer, como escapándosele, como escurriéndosele de entre las manos, la tan tarareada cancioncilla de “congelemos los sueldos a los funcionarios”. Oeeeee oe oe oeeeee. Y se queda tan ancho, oigan. Debe ser que este verano, y en pleno mes de agosto, están trabajando esas legiones de expertos, asesores y comités varios. “¿Trabajando?, ¿en verano?, ¿en agosto?, tu estás loco chaval”. Eso digo yo, ¿qué estaré yo pensando?.
El sueldo de los funcionarios dicen que debe subir cada año en función de lo que ha subido el IPC, pero coño, como mucho los sueldos lo suben el 2%, con lo cual, ¿cuánto poder adquisitivo han perdido?. Por otro lado, si este año los precios están bajando, veo lógico que los sueldos se vean afectados. Pero no es la solución de este país, entre otras cosas porque a la gente le encanta llenarse la boca con “que bien viven los funcionarios”, o “hay que joderse cuántos funcionarios hay en este país”, o “este es un país de funcionarios”. Vale, razón de más para no bajar el sueldo, ni congelarlo. Razón de más para subirlos. E insisto con las entradas anteriores de “las dos tardes de economía”.
Si resulta que los funcionarios son los únicos que tienen trabajo en este país. Si resulta que los funcionarios son los únicos que tienen sueldo fijo en este país. Congelarles los sueldos sería perjudicar a este país. Menos sueldo equivale a menos consumo y menos ahorro. Menos consumo no es lo que necesita este país. Con menos consumo se afecta a la empresa, al autónomo, al trabajador, y además se pagan menos impuestos, insisto: cada vez que se consume se paga IVA. Pero ¿a quién le importa esto?, congelar el sueldo a los funcionarios es una medida muy popular, recibida por el resto de mortales al grito de “que se jodan”, si reparar en el daño que se hace al resto de la economía.
Cuando se reconoció oficialmente que había crisis, se decía que el capitalismo había muerto. En este país nunca ha llegado el capitalismo, ni el libre mercado. Eso del punto de equilibrio, donde se junta oferta y demanda no se conoce sino a través de los libros. Tenemos unos mercados totalmente intervenidos por el Estado en todos los ámbitos, y con “esa muerte del capitalismo” lo vemos día tras día: todo son ayudas a los bancos, a los parados, a las empresas (a través del plan E), a las constructoras, a la industria del automóvil, al sector turístico… ayuda pública (concedida gracias al trabajo de los funcionarios), dinero público. Poco se premia en este país el trabajo y el sacrificio. Congélenme, y luego me cuentan lo del cambio climático.

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1 comentarios:

A las 26 de agosto de 2009, 17:43 , Blogger Concha ha dicho...

Mira lo que me llegó ayer a mi correo:

Ha dicho la Presidenta de la Comunidad de Madrid que es indecente que mientras la inflación es -1%, los funcionarios además de tener plaza fija, tengan una subida salarial del 5% (gran mentira por cierto). Objetivo: congelarles el sueldo.


Me gustaría transmitirle a esta Sra. lo que considero indecente.

INDECENTE, es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996 pudiendo llegar con dietas y otras prebendas a 6.500 €/mes. INDECENTE, es que un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera. INDECENTE es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca, (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura). INDECENTE es comparar la jubilación de un diputado con la de una viuda. INDECENTE es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete y que los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima solo necesiten jurar el cargo. INDECENTE es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF. INDECENTE es colocar en la administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían los técnicos más cualificados. INDECENTE es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos aprobados por los mismos políticos que viven de ellos. INDECENTE es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural). INDECENTE es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier. INDECENTE es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año. INDECENTE es que sus señorías cuando cesan en el cargo tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses. INDECENTE es que ex ministros, ex secretarios de estado y altos cargos de la política cuando cesan son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público. INDECENTE es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios sólo representan un coste para el bolsillo de los ciudadanos. INDECENTE es que nos oculten sus privilegios mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven.

¿ Y mientras, hablan de política social y derechos sociales?
¡¡QUÉ INDECENTE!!



ESTA SI DEBERIA DE SER UNA DE ESAS CADENAS QUE NO SE DEBE ROMPER, PORQUE SOLO NOSOTROS PODEMOS PONERLE REMEDIO A ESTO, Y ESTA, SI QUE TRAERA AÑOS DE MALA SUERTE SI NO PONEMOS REMEDIO.

 

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