La suerte de ser... ex político.

Un día, mi vida profesional quiso acercarse a la universidad para probar a ser... profesor adjunto. Allí que me presenté yo, curriculum en mano y tasas pagadas, fotocopias de méritos y dedos cruzados. Éramos tres candidatos para esa plaza. La primera criba la pasamos dos, al tercero lo excluyeron por no pagar las tasas. Cuál no sería mi sorpresa, cuando al resolver la convocatoria observo como precisamente la plaza fue a parar a aquel que había sido excluído. ¿La Universidad?, la de Castilla-La Mancha.

Pero eso me pasa a mi, que soy un tipo normal. Si yo antes hubiera sido político y hubiera dedicado mi vida a un partido, al decidir volver a la vida privada, y aun siendo funcionario (como es el caso de muchos de nuestros políticos), me lloverían ofertas de grandes o "grandes" empresas privadas que estarían dispuestas a ficharme. Ahí hemos tenido el caso de Jordi Sevilla el de las dos tardes de economía. Pero eso a mi no me pasará, porque tendría que empezar en la misma empresa desde abajo, y tras pasar un duro proceso de selección. Pero si antes hubiera sido político..., me cachis.

Y a ellos no le hubiera pasado lo que a mi, en mi experiencia de la universidad. Ahí tenemos a Magdalena Álvarez, que como cuenta hoy (6 de octubre) La Razón (puede leerse aquí) ha sido "fichada" por la Universidad que dirige su hermana. Toma ya. ¿No les parece que eso es tener mucha suerte?, ¡con las de universidades que hay, y das conferencias en la que dirige tu hermana!. Que tiene derecho vaya, pero aunque solo fuera por "el qué dirán" deberían evitarse estas cosas, porque a mi esta sola noticia, ya me desvitua en su totalidad el contenido de la conferencia.

Hay quién una vez que nos hemos formado, opinamos de política. Y hay quién empezando en la política, hacen carrera en otros menesteres. Y hay incluso quién empezando en la política, luego deciden formarse. Y son los que dirigen nuestras vidas. Y yo pagando tasas.