País de vándalos,

es el nuestro. Lo mismo podemos encontrarnos un botellón en que se queman contenedores y se ataca a la policía, que asistimos a una moción de censura en la cual un tránsfuga y doce personas que no pertenecen a ningún partido (miau), asaltan el poder cachondeándose no ya de los acuerdos, sino del pueblo soberano. País de vándalos en el que se puede mentir, incluso los medios de comunicación, incluso hacer concentraciones en base a esa mentira (como en el caso de las ordenanzas de Ciudad Real), sin haberse leído nadie el objeto del debate. País de vándalos en el que los que deciden subir los impuestos no pagan. País de vándalos en el que puedes ser director de caja de ahorros y actuar impunemente porque aunque tu caja sea intervenida, a ti nadie te pide responsabilidades. País de vándalos dónde puedes prometer dos millones de empleo, mientras a tu espalda cruzas los dedos sabiendo de tu mentira…, y cuando despiertas, tienes dos millones más de parados. País de vándalos, en el que nos llevamos las manos a la cabeza cuando alguien dice “¿olimpiadas en Madrid?, si hay terrorismo en ese país”, y coño, hay terrorismo en este país. País de vándalos cuando te puedes sentar a la mesa con terroristas, mientras nos cuentas que hablas de paz, e ignoras a los miles de ciudadanos que están en la calle pidiéndote Memoria, Dignidad y Justicia. País de vándalos en el cual si el Tribunal Constitucional no te da lo que quieres, llamas a la rebelión civil. Y vándalos que atraemos, en turismo de botellón y en mandatarios de la misma calaña, pisando nuestra moncloa venezolanos y bolivianos. País de vándalos. No nos exijamos. Recuerden que aprobaron la LOE desoyendo a toda la comunidad educativa, salvo a CC.OO. y UGT., insisto, a toda la comunidad educativa (y en el país de vándalos). País de vándalos es el nuestro.