Hay por ahí voces muy alteradas, porque resulta que ahora, en algunos supermercados ya se pueden encontrar productos que son consumidos por ciudadanos que asentados en nuestro territorio tienen otra cultura o creencias.
Resulta que no hace ni un año, ni dos, ni diez, que cualquiera de nosotros puede irse de vacaciones a cualquier hotel español de la costa y desayunarse un buffet libre repletito de bacon, salchicas y huevos fritos, y en dicho caso, a nadie le resulta sorprendente que se puedan consumir en este país costumbres de otros lugares y culturas.
Etiquetas: andando por la vida
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