Ayer se celebró del día de Castilla-La Mancha. Un día de fiesta para la región, que volvió a convertirse en un día partidista, de publicidad y de autobuses de "peregrinos" del partido, ansiosos de conseguir una foto y una gorra. Y se volvieron a recurrir a los temas más "de moda" en la región: en una reforma del Estatuto de autonomía que no acaba de realizarse, en el agua del Tajo, y en el "gran" pacto social, que se vende a bombo y platillo pero que no se sabe en qué consiste.
Y también se dieron las medallas de oro de la región. Y entre todos los discursos, pocas palabras o ninguna haciendo areferencia a los muertos en el incendio de Guadalajara, ni a la imputación de los "afines". Ni una palabra sobre los casi 177.000 parados de la región. Ni una palabra sobre el fracaso escolar en la región. Ni una palabra sobre el estado de las autovías que atraviesan la región. Ni una palabra sobre el abandono de la administración de la región. Ni una palabra sobre los "afortunados" por la modificación de la LOTAU. Ni una palabra sobre Caja Castilla-La Mancha. Ni una palabra sobre los altos cargos de Radio Televisión de Castilla-La Mancha, ni de sus sueldos, ni de su "programación".
Muchas cosas se les olvidaban ayer, ¿mala memoria?, ¿poca preocupación?, ¿despotismo?.
Está claro que nunca me darán una medalla de oro, pues no sonrío frente a las cámaras.
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